El enorme número de substancias diferentes que hoy se conocen se caracterizan por su composición invariable y por tener propiedades definidas a una temperatura y presión dadas. Pero la inmensa mayoría de ellas pueden transformarse en otras más sencillas al someterlas a la acción del calor o de otra forma de energía (eléctrica, luminosa, etc.). El azúcar es una substancia pura que si se calienta se transforma en agua -en estado de vapor- y en carbón, la materia negruzca que en su combustión nos proporciona una gran cantidad de energía. El agua se descompone a su vez al hacer pasar la corriente eléctrica a través de agua a la que se ha agregado un poco de ácido sulfúrico para aumentar su conductividad. En el polo positivo se forma un gas algo más denso que el aire, que aviva la combustión y sostiene la vida; es el oxígeno, el componente activo de la atmósfera; y en el polo negativo se forma también un gas, pero mucho más ligero que el aire y que arde en el seno de éste originando nuevamente agua; es el hidrógeno. La sal, otro cuerpo puro, se descompone también por la corriente eléctrica al pasar a través de la substancia en estado fundido. En el polo positivo se desprende un gas amarillo verdoso, sofocante y venenoso que es el cloro, mientras que en el polo negativo se separa un metal muy ligero, sólido y muy activo, que es el sodio. El oxígeno, el hidrógeno, el cloro, el sodio y el carbono, no pueden descomponerse en otros cuerpos más sencillos y se denominan substancias elementales o elementos, lo que significa que son constituyentes elementales de toda la materia En la radioactividad natural, algunos elementos se descomponen en otros distintos. En estos casos se consideran dichos elementos como tales y se habla de desintegración de los elementos radioactivos más que de descomposición ya que los procesos que tienen lugar son de grado muy superior al de las transformaciones químicas corrientes. Actualmente ha podido controlarse la transmutación de unos elementos en otros, pero utilizando métodos físicos especiales. Las substancias elementales o elementos son aquellas substancias que no pueden descomponerse en otras más sencillas por los medios químicos habituales. De los 109 elementos actualmente conocidos, 21 han sido producidos artificialmente en estos últimos años y no se han encontrado en la naturaleza. De los 88 elementos naturales restantes, muchos se hallan en proporción tan pequeña que parece existen tan sólo por excepción. Unos pocos elementos, como el oxígeno, el nitrógeno, el carbono, el oro, la plata y el platino, entre pocos más, se encuentran en estado libre o sin combinar; los otros existen combinados. Muchos de los elementos como el hierro, oro, cobre, plata, mercurio, plomo, aluminio, níquel, estaño, azufre, oxígeno, nitrógeno, hidrógeno, carbono, cinc, helio, radio y uranio nos son familiares, pero esta familiaridad no quiere decir que sean los más abundantes. El elemento que por su abundancia en la corteza terrestre ocupa el segundo lugar, después del oxígeno, continuamente estamos en contacto con muchos de sus compuestos. Este elemento es el silicio, básico en la industria electrónica, el cual forma parte de la arena, vidrio, cemento, arcilla, carborundo, asbesto, mica y demás silicatos. Un 47 % aproximadamente de la arena del desierto está constituida por silicio. Las substancias que pueden descomponerse por medios químicos apropiados en dos o más sustancias elementales se denominan compuestos. Los compuestos, análogamente a las mezclas, están constituidos por dos o más cuerpos diferentes, pero se diferencian esencialmente de éstas en los siguientes extremos: a) Los componentes de las mezclas pueden separarse por medios físicos, pero los constituyentes de los compuestos, no. b) Las mezclas tienen las propiedades de sus componentes, pero los compuestos poseen sus propiedades específicas correspondientes. c) Las mezclas pueden existir en cualquier proporción mientras que los compuestos se forman a partir de los elementos en proporción invariable. d) La formación o descomposición de un compuesto va siempre unida a un desprendimiento o absorción de calor, mientras que para una mezcla el efecto calorífico es nulo o en todo caso, Muy pequeño. Si la mezcla de azufre y hierro considerada anteriormente se calienta, llega un momento en que se pone incandescente formándose un cuerpo negro que no tiene las propiedades del azufre ni del hierro, pues se diferencia de estos compuestos en el color y densidad, en que no es atraído por un imán, en ser insoluble en sulfuro de carbono y no desprender hidrógeno al ser tratado por los ácidos, sino otro gas de olor desagradable a huevos podridos. Mediante métodos químicos apropiados podrían aislarse nuevamente del cuerpo formado el azufre y el hierro que se obtendrían siempre en una relación invariable. El número de elementos es actualmente de un centenar, mientras que el número de compuestos químicamente conocidos es de varios millones. Por conveniencia de estudio los compuestos se clasifican en dos grupos: orgánicos o compuestos del carbono, e inorgánicos, que no contienen carbono, si bien algunos de esto La inmensa mayoría de los compuestos que se conocen son orgánicos y sintéticos, descubriéndose cada año multitud de nuevos compuestos. |
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